domingo, 25 de octubre de 2020

REPORTAJE: LAS CONCEPCIONES DE INFANCIA Y EL PAPEL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS EN LA SOCIEDAD COMO ACTORES SOCIALES

El concepto de infancia se ha venido construyendo histórica y socialmente el cual se ha entendido como un grupo social que depende directamente de los adultos y son los que determinan: aprendizajes, comportamientos, relaciones con otros, formas de ser, estar y su función principal se resume en: “formar para que sea un mejor adulto, cuando crezca” se busca el ideal de un sujeto dependiente y obediente. Además, según el hogar o la familia en la que el niño o la niña crezca, a sí mismo será su forma de: ser, de ver la vida y de comportarse frente a otros.

Sin embargo, cuando los niños y niñas salen al mundo a relacionarse con los demás, empiezan a vivir experiencias, en los diferentes contextos como: escuela, barrio etc, reproducen lo que vivieron, aprendieron en su familia y se enfrentan a la sociedad donde existen diferentes: imaginarios, concepciones, estereotipos, etiquetas, que a lo largo de nuestra sociedad han cobrado importancia hasta tal punto que frases como: “peleas como niña” o “corres como niña” todavía se utilizan para ofender, humillar o agredir en los contextos tanto escolares como sociales. El siguiente vídeo es un claro ejemplo de cómo se utiliza este tipo de expresiones.



Este experimento social, pretende responder el siguiente interrogante: ¿ Cuándo hacer algo "como una niña" se ha convertido en un insulto?, debido a este tipo de frases afectan el autoestima de las niñas. Sin embargo, se demostró que en el momento de hacer el experimento las niñas lo hacían porque eran ellas mismas y "hacerlo como niña" en efecto no es insulto sino es real porque eran las mismas niñas que estaban haciéndolo y lo hacían bien, una de ellas decía: "corro como una niña, por que soy una niña y no tengo de qué avergonzarme" y otra de ellas dijo: "correría siendo yo misma"

De acuerdo con esto, se puede analizar que estamos en una sociedad todavía con pensamientos e ideas si se puede utilizar el término "machistas" que nada tienen que ver con la realidad. En este sentido, se realizaron dos entrevistas realizadas a dos docentes del colegio: María Auxiliadora casa central en Bogotá, quienes bajo su experiencia como docentes opinaron acerca de la concepción que se tiene de infancia y la diferencia que existe entre el niño y la niña en la sociedad actual y en el contexto escolar que todavía predominan y se puede concluir que en los últimos años se ha dado pasos gigantes en esas diferencias entre: el azul y el rosado, o de los juegos entre muñecas y carros, o de preferir el ballet antes que el boxeo. 

En las entrevistas cuentan sus experiencias y como en la hora de descanso por ejemplo: era normal ver las niñas jugando fútbol o niñas y niños jugando en común, sin ningún tipo de rechazo o prejuicio alguno. Sin embargo en relación con las niñas y niños, las niñas se han abierto poco a poco los espacios que antes para ellas eran prohibidos en el caso de los juegos o el amor al deporte etc. Sin embargo afirman, que para los niños si se les ha dificultado a veces otro tipo de espacios como el baile en el que si algún niño se inscribía a la escuela de ballet lo tildaban de niña o gay etc.






Por esto, las docentes entrevistadas afirmaron que es importante que la escuela transforme la condición habitual de los niños de objetos de estudio para pensarlos como sujetos y como partícipes en la producción, planificación y circulación del conocimiento, reconocer al niño como un sujeto social, capaz de comprender, formar juicios propios, y tomar decisiones frente a situaciones que los afectan. Es importante analizar y reflexionar sobre la participación infantil, la formación ciudadana de niños y niñas, el papel de las voces de los niños y niñas en los espacios educativos y el reconocimiento de los niños como productores de cultura y con capacidad de agencia.

En el año 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño que incluye el derecho que tienen los niños de: formar un juicio propio, expresar sus opiniones y que éstas deben ser tenidas en cuenta, lo que implica también que los niños y niñas deben ser escuchados como está consignado en el artículo 12 (Javeriana, s.f.)

De acuerdo con lo anterior, se puede decir que es un deber de los adultos escuchar a los niños en los diferentes contextos en los que se desenvuelven, involucrarlos en las decisiones importantes y sobre todo si van afectar su futuro o su vida misma. En esta perspectiva se entiende que la infancia es una etapa que permite la construcción conjunta de lo social, entre el niño y los adultos; esto en una relación, donde el niño y la niña ya no son concebidos como sujetos pasivos, enclaustrados por la familia y la escuela en un sistema de dominación en el que sufren y son protegidos, sino como sujetos activos, que reaccionan y asumen roles; niños y niñas capaces de transformar sus realidades y de generar cambios en los contextos en que habitan. El reconocimiento de los niños y niñas como actores sociales implica su vinculación a los procesos sociales y también a los proceso investigativos para acercarnos a la comprensión de su realidad y plantear alternativas educativas que reconozcan sus necesidades.

De acuerdo con el artículo: “El trabajo infantil: en clave colonial” La noción que ha ido consolidándose a lo largo de los siglos, ha permitido que la infancia se comprenda como una edad que combina la fragilidad física, la vulnerabilidad emocional y el desarrollo intelectual en proceso. Esta comprensión ha sido el fundamento para que haya ganado terreno la perspectiva que considera que los niños requieren protección y que culmina con la Convención de los Derechos del Niño en 1989. (Gómez, 2007)

Mientras que en Europa los niños recibieron paulatinamente una creciente atención pedagógica y médica, familiar y escolar, los niños de las colonias europeas, convertidos como sus padres en subordinados, entraron en los circuitos productivos del servilismo y la esclavitud. Mientras que los niños europeos se vieron gradualmente liberados del trabajo y las familias europeas pasaron a convertirse en familias burguesas, los niños bajo los regímenes coloniales continuaron haciendo parte de los recursos de trabajo de una población mundial racialmente jerarquizada. (Gómez, 2007)

Según este punto de vista, la condición del niño como: “agente económico”, y especialmente con carácter productivo, no se ajusta a la perspectiva de derechos que consigna la Convención. Este hecho cuestiona una de las más poderosas relaciones que dan sustento a la modernidad: el vínculo entre el Estado, la familia y el niño. Adicional a esto, se puede analizar como en varios contextos familiares los niños y niñas en lugar de ir a una escuela aprender y a relacionarse deben quedarse en casa para cuidar a sus hermanos menores o para trabajar y traer el sustento al hogar.

Así, se expuso en la siguiente infografía con las tres imágenes analizadas, en las que se ven tres contextos diferentes en que el papel de la familia es fundamental: En la primera imagen, está el niño en su escuela con su hermanita cuidándola, asumiendo roles que no les corresponden; en la segunda, se ve el apoyo de los padres con los niños en su proceso de aprendizaje y cómo cada uno de los sujetos asume su rol correspondiente y en la tercera como, actualmente los padres son los proveedores de las herramientas tecnológicas de su hijos para recibir la educación virtual de hoy en día.


Para esto, es importante tener claro el concepto de infancia para poder darle el valor y la importancia que debe tener, sobre todo el papel real que los niños y niñas deben desempeñar en la familia y por supuesto en la sociedad. Según el artículo: “Sociología de la infancia: las niñas y los niños como actores sociales”: Los conceptos de infancia y niñez presentan una gran complejidad no sólo a nivel social, sino desde la propia etimología de estas palabras y realizan la referencia que Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), infancia es delimitada como: el período de la vida humana desde que se nace hasta la pubertad; el conjunto de los niños de tal edad; y el primer estado de una cosa después de su nacimiento o fundación. (Soto, 2012). Además afirma que durante el siglo XX se aprecia un aumento en la preocupación por las condiciones de vida de la niñez, sensibilidad que se plasma en la promulgación por parte de la ONU en 1989 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño (en adelante CDN o Convención). (Soto, 2012)

Si bien es evidente la creciente protección que la sociedad despliega sobre las niñas y los niños, en la práctica se observan ciertas contradicciones en el trato que éstos reciben ya que no se permite su plena participación en la sociedad, familia donde viven ni se consideran sus opiniones en los asuntos que les afectan.

El aprendizaje del “deber ser” no sólo es una cuestión generacional, es decir, es la obediencia que deben mostrar las niñas y los niños hacia las normas que les enseñan las personas adultas. Se trata de normas establecidas en términos de género, ya que justamente es durante la infancia cuando se acelera e intensifica el proceso de aprendizaje de los roles de género y las relaciones de poder entre los géneros. “En la mirada funcionalista se espera e incentiva a que las niñas y los niños obedezcan a las personas adultas (madres, padres y docentes) porque ellas realizan la función de socializar a las nuevas generaciones, es decir, tienen una autoridad para hacer cumplir con la reproducción del sistema social” (Mayall, 2000, 2002). (Soto, 2012)

Según esto, sabemos la importancia de la familia en el desarrollo de los niños y niñas; ya que en la formación para que sea “un mejor adulto cuando crezca” en esa socialización transmite la experiencia en el lenguaje. “las niñas y los niños recrean, transmiten y reconstruyen la realidad que les ha sido dada, configurando su propia cultura infantil; pero son las personas adultas quienes imponen el orden social que debe reproducirse” (Gaitán, 2006a: 33). (Soto, 2012)

De acuerdo con esto, en el artículo: “Conversaciones y percepciones de niñas y niños en las narrativas antropológicas” Diana Milstein, Doctora en Antropología Social por la Universidad de Brasília realizó un trabajo de campo durante su proceso de investigación etnográfica en educación en la localidad de Villa La Florida, situada en Quilmes (municipio situado al sur del Gran Buenos Aires), incorporó a un grupo de niños y niñas en calidad de “informantes”, investigadores y autores. Centró su mirada en cómo ellos percibían el mundo social dominado por el sentir, decir y hacer de los adultos; estuvo atenta a cómo contaban su propia historia usando sus propios modos; y trabajó junto a ellos las versiones que construyeron sobre la vida del barrio y de la escuela que, de diversas maneras, se entretejían con sus narrativas.

Esta experiencia le permitió tener una aproximación más concreta y minuciosa de la escuela y de los espacios y las relaciones sociales de la localidad. Con sus puntos de vista, ellos iluminaron y nutrieron su comprensión de la vida de las familias, del mapa social de la localidad, de las percepciones que se tienen desde afuera del espacio escolar sobre la escuela.

“En función de incorporar a mi trabajo antropológico lo que sabían y conocían los niños y las niñas, además de darles el lugar y el status similar al que tenían los sujetos adultos de mi investigación, opté por organizar un grupo pequeño para realizar una parte de mi etnografía en colaboración con los niños. Ellos/as, en grupo y bajo mi coordinación, hicieron trabajo de campo, de reflexión, de análisis y producción de texto. Los datos, las informaciones y los documentos surgidos del trabajo de campo ingresaron como parte de la etnografía que presenté como tesis de doctorado”. (Milstein, 2008)

Estos trabajos han mostrado de manera muy convincente la gran variación cultural existente respecto a lo que se considera que son los niños y las niñas, a los modos de crianza, a lo que los adultos esperan de ellos(as), al lugar social que ocupan, a los modos de relación entre pares y con los adultos(as), etc. Estos aportes han operado como un argumento muy fructífero en oposición a las nociones que consideran a la infancia como un hecho fundamentalmente natural y biológico, han enriquecido una mirada crítica sobre el concepto occidental de la infancia, surgida de la propia comparación.

Estudios posteriores en ciencias sociales y humanas han continuado trabajando en este sentido, mostrando la relatividad histórica y contextual de la infancia, dando lugar así a la introducción de la noción de infancias. Desde esta afirmación de existencia de infancias se ha planteado y sostenido la necesidad de comprender a los niños como “sujetos”-en el sentido de humanos y sujetados- a sus propios contextos socio-históricos. 

Esta comprensión ha abierto un debate en torno al status que se les otorga a los niños como sujetos sociales. No alcanza con situarlos en su contexto histórico, también es necesario tomar en cuenta que sus actividades implican modos de agenciamiento. En esas actividades, siempre están implicados los usos simbólicos que cada sociedad, en diferentes momentos históricos, realiza del concepto de niño y niña y de su lugar con relación al adulto. Más aún, cuando en una sociedad determinada se caracteriza y define al niño(a) y/o a los niños(as), siempre es en relación con los adultos.

Referencias:

Gómez, Z. P. (2007). El trabajo infantil en clave colonial: consideraciones histórico-antropológicas. Sistema de Información Científica Redalyc, 12.

Javeriana, U. (s.f.). Participación y agencia infantil. Obtenido de www.uvirtualjaveriana.co

Milstein, D. (2008). Conversaciones y percepciones de niños y niñas en las narrativas antropológicas. Sociedade E Cultura, 8.

Soto, I. P. (2012). Sociología de la Infancia: las niñas y los niños como actores sociales. Revista de Sociología, 22.

 Vídeo youtube: 

 ¿Qué significa hacer algo #ComoNiña? | Always

 

 

 

  




miércoles, 21 de octubre de 2020

ENTREVISTAS: INFANCIA Y FAMILIA...

En esta oportunidad entrevisté a dos de mis compañeras de trabajo; quienes tienen una amplia trayectoria en el trabajo con niños y niñas desde el punto de vista educativo y con relación a diferentes contextos tanto sociales como familiares. 

Por un lado, se encuentra Nataly Orduña, docente de Lengua Castellana, del grado tercero de primaria del colegio Maria Auxiliadora Casa Central; nos brindó, su concepto de infancia desde el punto de vista educativo y su experiencia en la práctica profesional que tuvo la oportunidad de trabajar en una fundación con niños de familias ecuatorianas quienes venían a Colombia con el deseo de aprender; pero sin dejar de lado su dialecto, costumbres, etc y para ella fue difícil la manera adecuada de enseñarles porque también debía tener en cuenta sus raíces y creencias.

Por otro lado, se realizó la entrevista a Carolina Osorio, docente de Sociales, del grado cuarto de primaria del colegio Maria Auxiliadora Casa Central, quién también nos contó su punto de vista acerca de las concepciones de: "niña" y "niño" que en en esta sociedad ha ido evolucionando; sin dejar todavía, en ocasiones ciertos imaginarios marcados de las diferencias y comportamientos de los niños(as); inculcados desde las familias tradicionales.







sábado, 10 de octubre de 2020

ENTREVISTA: EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ...

ANÁLISIS ENTREVISTA
EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ..

La entrevista se realizó el miércoles 23 de septiembre, hora: 5:00 P.M, por medio de video llamada en la plataforma zoom; con un tiempo de duración de 27:41 min, con la docente Jenny Carolina Osorio Alvarado, Licenciada en Ciencias Sociales, Universidad la Gran Colombia, Normalista Superior con énfasis en Lengua Castellana. Actualmente, Docente del área de sociales del Colegio: María Auxiliadora Casa Central- Centro y lidera un proyecto transversal llamado: “la Colombianidad” ¡Construyamos entre todos una verdadera cultura de la reconciliación!

Realizó un proyecto llamado: “Pro-mundo activo” 2007 y 2008; con la comunidad salesiana del colegio María Auxiliadora en Soacha con niños y jóvenes víctimas del conflicto armado; población de vulnerabilidad quienes fueron: desplazados por la violencia, violados y actores presenciales de situaciones atroces como ver morir a sus padres.

Esta experiencia, motivó a Carolina para estudiar la licenciatura en sociales porque desde su perspectiva vio la necesidad de construir una cultura de paz desde el aula.

Además, en el año 2014-2019 fue parte de un proyecto llamado: “Semillero de geografía y constructores de paz” en el Instituto Bogotá- Centro y se encargó de organizar todo lo que se refiere a la implementación de la Cátedra de Paz en la institución.

La entrevista empezó con un saludó inicial y luego se desarrolló la entrevista formulando las preguntas correspondientes:

1. En su trayectoria como docente en el área de sociales, ¿Qué proyectos ha trabajado para contribuir en la formación de sujetos para la paz, convivencia y ciudadanía?

R: / En años anteriores, estuve trabajando en el Liceo Julio César Garagoa en la universidad  La Gran Colombia, en este colegio tuvo la oportunidad de emprender los semilleros de investigación que se llamó: “Geografía para Niños” y consistía en enseñar aspectos básicos de la geografía física a estudiantes de 9°, 10° y 11° de bachillerato, para que ellos a su vez les enseñaran a los estudiantes de 5° de primaria convenio con el Instituto Bogotá - Centro donde iban todos los lunes dos horas en la tarde. Fue una experiencia enriquecedora. Además aparte de esto, teniendo en cuenta las necesidades del colegio les pidieron que se enfocaran también en los temas que abordan los territorios de paz y Cátedra de Paz en el que el semillero se va transformando poco a poco, y al final se llama: “geografía para niños y constructores de paz”.

Este proyecto inicia con 10 estudiantes luego se inscriben 35 estudiantes, de edades entre 7 a 16 años y tuvieron la oportunidad de presentar el proyecto ante las demás facultades de la universidad la Gran Colombia, y la facultad de Ingeniería se involucró en el proyecto montando sistemas de información Geográfica y la facultad de filosofía apoyaba la parte de constructores de paz.

Cuando se realizaban las actividades con los niños, se observaba gran progreso a medida que se desarrollaban poco a poco las actividades semanalmente y se veía el cambio en los niños en su parte actitudinal, bajando los índices de: agresividad y violencia de los estudiantes en sus hogares; cuando tenían descanso se relacionaban no sólo en el aula, sino en el juego también, aplicaban lo aprendido en clase de acuerdo a temas como: la comunicación asertiva, el respeto por el otro, la importancia de la escucha.

Teniendo en cuenta, el contexto en el que estos niños y jóvenes vivían en barrios como: Belén, Cruces, Aches, Guavio, Girardot y barrios de un contexto violento en condiciones precarias.

2. En la institución educativa en la que actualmente pertenece, ¿De qué manera forman a las estudiantes para que desarrollen sus competencias y capacidades ciudadanas en la construcción de una educación sobre la paz y cultura de paz?; teniendo en cuenta que el contexto anterior es el opuesto a este, en todo aspecto, esto influye en el aprendizaje?

R: / Definitivamente sí, son polos opuestos totalmente desde el punto de vista económico, social, familiar, etc.; ya que el trabajo con el anterior colegio se le daba bastante importancia a la formación como personas: en su comportamiento, en su actitud en la relación con otros; ya que, para ellos: los gritos, la violencia física, la manera de hacer un reclamo por medio de los golpes era: “normal” por lo que crecieron en un contexto violento en el que la mayoría de padres eran analfabetos y familias desintegradas.

Con relación a ese contexto y con el actual; el trabajo en el Colegio María auxiliadora casa central es diferente ya que primero que todo, con esto de la pandemia son clases virtuales en el que tuvimos que desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje, reinventarnos y el trabajo es también muy enriquecedor ya que contamos con herramientas digitales en las que las niñas participan, piden la palabra, ajustándose al nuevo aprendizaje.

En el área de sociales, se trabaja Cátedra de Paz, valores como: el respeto, la humildad, la amistad, la solidaridad etc. Y aparte de esto, la educación en valores del colegio es transversal; eso quiere decir, que en todas las clases siempre se debe iniciar con una reflexión o una frase del día. Cada mes se trabaja, un valor diferente, en el mes de septiembre se trabajó el mes por la paz y se desarrolló el proyecto: “la Colombianidad” ¡Construyamos entre todos una verdadera cultura de la reconciliación!; en el que consistía en que desde cada una de las familias y sus hogares se realizara un “rincón de paz” en el que las familias tenían que hacerlo creativamente; además, motivando a que la construcción de paz se empieza por casa. Cada semana se realizaban diferentes actividades que debían presentar por medio de un vídeo en familia. Adicionalmente, se les motiva a las niñas hacer muy críticas en su entorno, a cuestionarse, a comparar situaciones de su cotidianidad y que actitud tomar frente a estas.

3. Ha tenido la experiencia de tener a cargo un estudiante que haya sido víctima de violencia en cualquiera de los contextos: social, familiar, educativo?  ¿Cómo lo ayudó en su proceso de convivencia y reconciliación?

R/ Cuando estaba estudiando como normalista en el colegio María Auxiliadora de Soacha en el proyecto del colegio llamado “pro-mundo activo” en el 2007 e inicié mis prácticas ahí en el que era profesora de español y sociales del grado quinto, y conocí a un estudiante muy especial llamado: Bryan quien no tenía afinidad conmigo para nada y me llamaba mucho la atención porque era uno de los jóvenes más problemáticos que había; entonces empecé a interesarme por él y a conocer más a fondo su historia, inclusive un día se sentó junto a mí en descanso y me empezó a relatar su experiencia de vida: me empezó a contar que vio morir a su papá; lo colgaron en un árbol y lo estrangularon; a la mamá la violan y a la hermana también, ellos salen desplazados y llegan a Soacha a Casuca Alto y encuentra las brigadas de limpieza y empieza a ver muchas pandillas y se empieza a ver envuelto en ellas y a vender drogas.

Asumí el reto de apoyar a este joven y ayudarlo en los tres meses que me quedaba de trabajo, y todos los días realizaba el proceso de acercamiento con él, demostrándole lo mucho que me importaba él, su familia y todo lo que había sufrido, la relación de amistad se fortaleció y él confiaba cada vez más en mí; hasta que con mucho esfuerzo, logró graduarse de quinto y él le agradeció por haberse interesado en él. Realmente, este proyecto marco mi vida y fue lo que la motivó a estudiar Ciencias Sociales y se dio cuenta que puede contribuir desde su profesión a generar cambios desde el aula.

Sin embargo, el proyecto no tenían buenos recursos y no contaban con psicólogos o especialistas en el tema sólo eran 8 docentes y sus estudiantes entre 5 y 16 años desde transición hasta grado 11 y la gran inquietud era cómo iban hacer para sacar a estos niños y jóvenes adelante y lograr que más que aprender un currículo o un plan de estudios pudieran reconstruir lo que la violencia les quitó; su vida misma.

Además de esto, que se interesará por aprender, mostrarles todas las cualidades y habilidades que tenían que no lo sabían y que son parte de una sociedad y pueden contribuir en la construcción de paz a partir de ellos mismos de su proceso de reconciliación y de sanación en su interior.

En desarrollo a esta entrevista y teniendo en cuenta que vivimos en un país marcado por la violencia es importante cambiar esas prácticas instaladas violentas en nuestra sociedad por prácticas que contribuyan y sumen a la paz que se necesita en nuestra sociedad. Desde el que hacer pedagógico podemos empezar fomentando dichas prácticas que promuevan esa cultura de paz y la convivencia solidaria democrática, desaprender esas prácticas violentas que nuestros niños y jóvenes aprenden viendo en su contexto; por ejemplo, enseñándoles que todas las personas tenemos el derecho constitucional de protestar pero de una manera pacífica para que la voz no se apague en medio de enfrentamientos violentos absurdos. Es importante contribuir a una cultura de paz desde el aula

Según los enfoques vistos en la unidad y de acuerdo al desarrollo de la entrevista podemos analizar que la docente Carolina Osorio, partió del enfoque psicosocial en el que le permitió comprender y atender las problemáticas y recursos individuales de sus estudiantes que venían de una historia de conflicto, de pérdida y de desplazamiento; los cuales serían los obstáculos del territorio en la formación de los sujetos: para la paz, convivencia y ciudadanía

Específicamente en el testimonio que dio del estudiante Bryan desarrollo en él habilidades y capacidades motivándolo para que terminara quinto de primaria y poderse graduar y continuara con sus estudios, le ayudó en ese proceso de reconocimiento del contexto violento que dejó y en el que lo acoge y cómo de esas experiencias vividas les están ofreciendo la posibilidad de un cambio real de educarse, salir adelante y volver a tener esa esperanza de un mejor futuro esquivo desde un inicio en su vida. Al igual que Brayan, muchos jóvenes gracias a ese proyecto “promundo” desarrollado por la comunidad Salesiana de las hijas de María Auxiliadora tuvieron la posibilidad de estudiar. Ese era el principal objetivo, reconocer y acoger a estos niños y jóvenes víctimas del conflicto armado en nuestro país.

Implica, por tanto, para nosotros los docentes, cruzar un límite, traspasar una frontera, cambiar la trayectoria y modificar la dirección de la mirada, para ver el mundo desde sus ojos, imaginándonos a nosotros mismos en el lugar de los otros, en el lugar de ellos, de quienes han sufrido la guerra en carne propia.

Además, en todo la experiencia que tuvo en diferentes contextos, experiencias de estudiantes diferentes se puede concluir que la educación debe basarse en una educación dialógica en la que el docente no sea sólo el que: habla, dice, propone, sino que es el estudiante bajo sus experiencias, aporte y enriquezca esos encuentros con el aprendizaje, en sí una educación pensada en la construcción de pluralidad.

El diálogo con sus estudiantes, una herramienta indispensable hoy en día, ya que podemos analizar en el caso específico de Bryan, la docente Carolina, entabló varios momentos en el que el estudiante solamente quería que alguien se interesara por él y lo escuchara, desarrollando en él nuevas actitudes, nuevas perspectivas que le permitieron culminar sus estudios de básica primaria. Así como él, los demás estudiantes tenían a sus docentes pendiente de ellos ayudándolos en su proceso de adaptación enseñándoles: la convivencia solidaria, la resolución pacífica de conflictos y el respeto por los derechos humanos, fomentando cambios en la forma de relacionarse con las demás personas y colectivos, mediante prácticas de justicia social. En este sentido, el reto está en hacer de las personas unos actores sociales, pero a la vez políticos, protagonistas de su propia historia, que cuenten con recursos personales para la transformación.