sábado, 10 de octubre de 2020

ENTREVISTA: EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ...

ANÁLISIS ENTREVISTA
EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ..

La entrevista se realizó el miércoles 23 de septiembre, hora: 5:00 P.M, por medio de video llamada en la plataforma zoom; con un tiempo de duración de 27:41 min, con la docente Jenny Carolina Osorio Alvarado, Licenciada en Ciencias Sociales, Universidad la Gran Colombia, Normalista Superior con énfasis en Lengua Castellana. Actualmente, Docente del área de sociales del Colegio: María Auxiliadora Casa Central- Centro y lidera un proyecto transversal llamado: “la Colombianidad” ¡Construyamos entre todos una verdadera cultura de la reconciliación!

Realizó un proyecto llamado: “Pro-mundo activo” 2007 y 2008; con la comunidad salesiana del colegio María Auxiliadora en Soacha con niños y jóvenes víctimas del conflicto armado; población de vulnerabilidad quienes fueron: desplazados por la violencia, violados y actores presenciales de situaciones atroces como ver morir a sus padres.

Esta experiencia, motivó a Carolina para estudiar la licenciatura en sociales porque desde su perspectiva vio la necesidad de construir una cultura de paz desde el aula.

Además, en el año 2014-2019 fue parte de un proyecto llamado: “Semillero de geografía y constructores de paz” en el Instituto Bogotá- Centro y se encargó de organizar todo lo que se refiere a la implementación de la Cátedra de Paz en la institución.

La entrevista empezó con un saludó inicial y luego se desarrolló la entrevista formulando las preguntas correspondientes:

1. En su trayectoria como docente en el área de sociales, ¿Qué proyectos ha trabajado para contribuir en la formación de sujetos para la paz, convivencia y ciudadanía?

R: / En años anteriores, estuve trabajando en el Liceo Julio César Garagoa en la universidad  La Gran Colombia, en este colegio tuvo la oportunidad de emprender los semilleros de investigación que se llamó: “Geografía para Niños” y consistía en enseñar aspectos básicos de la geografía física a estudiantes de 9°, 10° y 11° de bachillerato, para que ellos a su vez les enseñaran a los estudiantes de 5° de primaria convenio con el Instituto Bogotá - Centro donde iban todos los lunes dos horas en la tarde. Fue una experiencia enriquecedora. Además aparte de esto, teniendo en cuenta las necesidades del colegio les pidieron que se enfocaran también en los temas que abordan los territorios de paz y Cátedra de Paz en el que el semillero se va transformando poco a poco, y al final se llama: “geografía para niños y constructores de paz”.

Este proyecto inicia con 10 estudiantes luego se inscriben 35 estudiantes, de edades entre 7 a 16 años y tuvieron la oportunidad de presentar el proyecto ante las demás facultades de la universidad la Gran Colombia, y la facultad de Ingeniería se involucró en el proyecto montando sistemas de información Geográfica y la facultad de filosofía apoyaba la parte de constructores de paz.

Cuando se realizaban las actividades con los niños, se observaba gran progreso a medida que se desarrollaban poco a poco las actividades semanalmente y se veía el cambio en los niños en su parte actitudinal, bajando los índices de: agresividad y violencia de los estudiantes en sus hogares; cuando tenían descanso se relacionaban no sólo en el aula, sino en el juego también, aplicaban lo aprendido en clase de acuerdo a temas como: la comunicación asertiva, el respeto por el otro, la importancia de la escucha.

Teniendo en cuenta, el contexto en el que estos niños y jóvenes vivían en barrios como: Belén, Cruces, Aches, Guavio, Girardot y barrios de un contexto violento en condiciones precarias.

2. En la institución educativa en la que actualmente pertenece, ¿De qué manera forman a las estudiantes para que desarrollen sus competencias y capacidades ciudadanas en la construcción de una educación sobre la paz y cultura de paz?; teniendo en cuenta que el contexto anterior es el opuesto a este, en todo aspecto, esto influye en el aprendizaje?

R: / Definitivamente sí, son polos opuestos totalmente desde el punto de vista económico, social, familiar, etc.; ya que el trabajo con el anterior colegio se le daba bastante importancia a la formación como personas: en su comportamiento, en su actitud en la relación con otros; ya que, para ellos: los gritos, la violencia física, la manera de hacer un reclamo por medio de los golpes era: “normal” por lo que crecieron en un contexto violento en el que la mayoría de padres eran analfabetos y familias desintegradas.

Con relación a ese contexto y con el actual; el trabajo en el Colegio María auxiliadora casa central es diferente ya que primero que todo, con esto de la pandemia son clases virtuales en el que tuvimos que desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje, reinventarnos y el trabajo es también muy enriquecedor ya que contamos con herramientas digitales en las que las niñas participan, piden la palabra, ajustándose al nuevo aprendizaje.

En el área de sociales, se trabaja Cátedra de Paz, valores como: el respeto, la humildad, la amistad, la solidaridad etc. Y aparte de esto, la educación en valores del colegio es transversal; eso quiere decir, que en todas las clases siempre se debe iniciar con una reflexión o una frase del día. Cada mes se trabaja, un valor diferente, en el mes de septiembre se trabajó el mes por la paz y se desarrolló el proyecto: “la Colombianidad” ¡Construyamos entre todos una verdadera cultura de la reconciliación!; en el que consistía en que desde cada una de las familias y sus hogares se realizara un “rincón de paz” en el que las familias tenían que hacerlo creativamente; además, motivando a que la construcción de paz se empieza por casa. Cada semana se realizaban diferentes actividades que debían presentar por medio de un vídeo en familia. Adicionalmente, se les motiva a las niñas hacer muy críticas en su entorno, a cuestionarse, a comparar situaciones de su cotidianidad y que actitud tomar frente a estas.

3. Ha tenido la experiencia de tener a cargo un estudiante que haya sido víctima de violencia en cualquiera de los contextos: social, familiar, educativo?  ¿Cómo lo ayudó en su proceso de convivencia y reconciliación?

R/ Cuando estaba estudiando como normalista en el colegio María Auxiliadora de Soacha en el proyecto del colegio llamado “pro-mundo activo” en el 2007 e inicié mis prácticas ahí en el que era profesora de español y sociales del grado quinto, y conocí a un estudiante muy especial llamado: Bryan quien no tenía afinidad conmigo para nada y me llamaba mucho la atención porque era uno de los jóvenes más problemáticos que había; entonces empecé a interesarme por él y a conocer más a fondo su historia, inclusive un día se sentó junto a mí en descanso y me empezó a relatar su experiencia de vida: me empezó a contar que vio morir a su papá; lo colgaron en un árbol y lo estrangularon; a la mamá la violan y a la hermana también, ellos salen desplazados y llegan a Soacha a Casuca Alto y encuentra las brigadas de limpieza y empieza a ver muchas pandillas y se empieza a ver envuelto en ellas y a vender drogas.

Asumí el reto de apoyar a este joven y ayudarlo en los tres meses que me quedaba de trabajo, y todos los días realizaba el proceso de acercamiento con él, demostrándole lo mucho que me importaba él, su familia y todo lo que había sufrido, la relación de amistad se fortaleció y él confiaba cada vez más en mí; hasta que con mucho esfuerzo, logró graduarse de quinto y él le agradeció por haberse interesado en él. Realmente, este proyecto marco mi vida y fue lo que la motivó a estudiar Ciencias Sociales y se dio cuenta que puede contribuir desde su profesión a generar cambios desde el aula.

Sin embargo, el proyecto no tenían buenos recursos y no contaban con psicólogos o especialistas en el tema sólo eran 8 docentes y sus estudiantes entre 5 y 16 años desde transición hasta grado 11 y la gran inquietud era cómo iban hacer para sacar a estos niños y jóvenes adelante y lograr que más que aprender un currículo o un plan de estudios pudieran reconstruir lo que la violencia les quitó; su vida misma.

Además de esto, que se interesará por aprender, mostrarles todas las cualidades y habilidades que tenían que no lo sabían y que son parte de una sociedad y pueden contribuir en la construcción de paz a partir de ellos mismos de su proceso de reconciliación y de sanación en su interior.

En desarrollo a esta entrevista y teniendo en cuenta que vivimos en un país marcado por la violencia es importante cambiar esas prácticas instaladas violentas en nuestra sociedad por prácticas que contribuyan y sumen a la paz que se necesita en nuestra sociedad. Desde el que hacer pedagógico podemos empezar fomentando dichas prácticas que promuevan esa cultura de paz y la convivencia solidaria democrática, desaprender esas prácticas violentas que nuestros niños y jóvenes aprenden viendo en su contexto; por ejemplo, enseñándoles que todas las personas tenemos el derecho constitucional de protestar pero de una manera pacífica para que la voz no se apague en medio de enfrentamientos violentos absurdos. Es importante contribuir a una cultura de paz desde el aula

Según los enfoques vistos en la unidad y de acuerdo al desarrollo de la entrevista podemos analizar que la docente Carolina Osorio, partió del enfoque psicosocial en el que le permitió comprender y atender las problemáticas y recursos individuales de sus estudiantes que venían de una historia de conflicto, de pérdida y de desplazamiento; los cuales serían los obstáculos del territorio en la formación de los sujetos: para la paz, convivencia y ciudadanía

Específicamente en el testimonio que dio del estudiante Bryan desarrollo en él habilidades y capacidades motivándolo para que terminara quinto de primaria y poderse graduar y continuara con sus estudios, le ayudó en ese proceso de reconocimiento del contexto violento que dejó y en el que lo acoge y cómo de esas experiencias vividas les están ofreciendo la posibilidad de un cambio real de educarse, salir adelante y volver a tener esa esperanza de un mejor futuro esquivo desde un inicio en su vida. Al igual que Brayan, muchos jóvenes gracias a ese proyecto “promundo” desarrollado por la comunidad Salesiana de las hijas de María Auxiliadora tuvieron la posibilidad de estudiar. Ese era el principal objetivo, reconocer y acoger a estos niños y jóvenes víctimas del conflicto armado en nuestro país.

Implica, por tanto, para nosotros los docentes, cruzar un límite, traspasar una frontera, cambiar la trayectoria y modificar la dirección de la mirada, para ver el mundo desde sus ojos, imaginándonos a nosotros mismos en el lugar de los otros, en el lugar de ellos, de quienes han sufrido la guerra en carne propia.

Además, en todo la experiencia que tuvo en diferentes contextos, experiencias de estudiantes diferentes se puede concluir que la educación debe basarse en una educación dialógica en la que el docente no sea sólo el que: habla, dice, propone, sino que es el estudiante bajo sus experiencias, aporte y enriquezca esos encuentros con el aprendizaje, en sí una educación pensada en la construcción de pluralidad.

El diálogo con sus estudiantes, una herramienta indispensable hoy en día, ya que podemos analizar en el caso específico de Bryan, la docente Carolina, entabló varios momentos en el que el estudiante solamente quería que alguien se interesara por él y lo escuchara, desarrollando en él nuevas actitudes, nuevas perspectivas que le permitieron culminar sus estudios de básica primaria. Así como él, los demás estudiantes tenían a sus docentes pendiente de ellos ayudándolos en su proceso de adaptación enseñándoles: la convivencia solidaria, la resolución pacífica de conflictos y el respeto por los derechos humanos, fomentando cambios en la forma de relacionarse con las demás personas y colectivos, mediante prácticas de justicia social. En este sentido, el reto está en hacer de las personas unos actores sociales, pero a la vez políticos, protagonistas de su propia historia, que cuenten con recursos personales para la transformación. 

  

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