ANÁLISIS ENTREVISTAEN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA CULTURA DE PAZ..
La entrevista se realizó el miércoles 23 de septiembre, hora: 5:00 P.M, por medio de video llamada en la plataforma zoom; con un tiempo de duración de 27:41 min, con la docente Jenny Carolina Osorio Alvarado, Licenciada en Ciencias Sociales, Universidad la Gran Colombia, Normalista Superior con énfasis en Lengua Castellana. Actualmente, Docente del área de sociales del Colegio: María Auxiliadora Casa Central- Centro y lidera un proyecto transversal llamado: “la Colombianidad” ¡Construyamos entre todos una verdadera cultura de la reconciliación!
Realizó
un proyecto llamado: “Pro-mundo activo” 2007 y 2008; con
la comunidad salesiana del colegio María Auxiliadora en Soacha con niños y jóvenes
víctimas del conflicto armado; población de vulnerabilidad quienes fueron:
desplazados por la violencia, violados y actores presenciales de situaciones
atroces como ver morir a sus padres.
Esta
experiencia, motivó a Carolina para estudiar la licenciatura en sociales porque
desde su perspectiva vio la necesidad de construir una cultura de paz desde el
aula.
Además, en el año 2014-2019
fue parte de un proyecto llamado: “Semillero
de geografía y constructores de paz” en el Instituto Bogotá- Centro y se encargó de organizar todo lo que
se refiere a la implementación de la Cátedra de Paz en la institución.
La entrevista empezó con un saludó inicial y luego se
desarrolló la entrevista formulando las preguntas correspondientes:
1. En su trayectoria como
docente en el área de sociales, ¿Qué proyectos ha trabajado para contribuir en
la formación de sujetos para la paz, convivencia y ciudadanía?
R:
/ En años anteriores, estuve trabajando en el Liceo Julio César Garagoa en la
universidad La Gran Colombia, en este
colegio tuvo la oportunidad de emprender los semilleros de investigación que se
llamó: “Geografía para Niños” y
consistía en enseñar aspectos básicos de la geografía física a estudiantes de 9°,
10° y 11° de bachillerato, para que ellos a su vez les enseñaran a los
estudiantes de 5° de primaria convenio con el Instituto Bogotá - Centro donde
iban todos los lunes dos horas en la tarde. Fue una experiencia enriquecedora.
Además aparte de esto, teniendo en cuenta las necesidades del colegio les
pidieron que se enfocaran también en los temas que abordan los territorios de
paz y Cátedra de Paz en el que el semillero se va transformando poco a poco, y al
final se llama: “geografía para niños y constructores de paz”.
Este
proyecto inicia con 10 estudiantes luego se inscriben 35 estudiantes, de edades
entre 7 a 16 años y tuvieron la oportunidad de presentar el proyecto ante las
demás facultades de la universidad la Gran Colombia, y la facultad de Ingeniería
se involucró en el proyecto montando sistemas de información Geográfica y la
facultad de filosofía apoyaba la parte de constructores de paz.
Cuando
se realizaban las actividades con los niños, se observaba gran progreso a
medida que se desarrollaban poco a poco las actividades semanalmente y se veía
el cambio en los niños en su parte actitudinal, bajando los índices de:
agresividad y violencia de los estudiantes en sus hogares; cuando tenían
descanso se relacionaban no sólo en el aula, sino en el juego también,
aplicaban lo aprendido en clase de acuerdo a temas como: la comunicación
asertiva, el respeto por el otro, la importancia de la escucha.
Teniendo
en cuenta, el contexto en el que estos niños y jóvenes vivían en barrios como:
Belén, Cruces, Aches, Guavio, Girardot y barrios de un contexto violento en
condiciones precarias.
2.
En la institución educativa en la que actualmente pertenece, ¿De qué manera
forman a las estudiantes para que desarrollen sus competencias y capacidades
ciudadanas en la construcción de una educación sobre la paz y cultura de paz?;
teniendo en cuenta que el contexto anterior es el opuesto a este, en todo
aspecto, esto influye en el aprendizaje?
R:
/ Definitivamente sí, son polos opuestos totalmente desde el punto de vista
económico, social, familiar, etc.; ya que el trabajo con el anterior colegio se
le daba bastante importancia a la formación como personas: en su comportamiento,
en su actitud en la relación con otros; ya que, para ellos: los gritos, la
violencia física, la manera de hacer un reclamo por medio de los golpes era: “normal”
por lo que crecieron en un contexto violento en el que la mayoría de padres
eran analfabetos y familias desintegradas.
Con
relación a ese contexto y con el actual; el trabajo en el Colegio María auxiliadora
casa central es diferente ya que primero que todo, con esto de la pandemia son
clases virtuales en el que tuvimos que desarrollar nuevas estrategias de
aprendizaje, reinventarnos y el trabajo es también muy enriquecedor ya que
contamos con herramientas digitales en las que las niñas participan, piden la
palabra, ajustándose al nuevo aprendizaje.
En
el área de sociales, se trabaja Cátedra de Paz, valores como: el respeto, la
humildad, la amistad, la solidaridad etc. Y aparte de esto, la educación en
valores del colegio es transversal; eso quiere decir, que en todas las clases siempre
se debe iniciar con una reflexión o una frase del día. Cada mes se trabaja, un
valor diferente, en el mes de septiembre se trabajó el mes por la paz y se
desarrolló el proyecto: “la
Colombianidad” ¡Construyamos entre todos una verdadera cultura de la reconciliación!; en
el que consistía en que desde cada una de las familias y sus hogares se
realizara un “rincón de paz” en el
que las familias tenían que hacerlo creativamente; además, motivando a que la
construcción de paz se empieza por casa. Cada semana se realizaban diferentes actividades
que debían presentar por medio de un vídeo en familia. Adicionalmente, se les
motiva a las niñas hacer muy críticas en su entorno, a cuestionarse, a comparar
situaciones de su cotidianidad y que actitud tomar frente a estas.
3. Ha tenido la
experiencia de tener a cargo un estudiante que haya sido víctima de violencia
en cualquiera de los contextos: social, familiar, educativo? ¿Cómo lo ayudó en su proceso de convivencia y
reconciliación?
R/ Cuando estaba
estudiando como normalista en el colegio María Auxiliadora de Soacha en el
proyecto del colegio llamado “pro-mundo
activo” en el 2007 e inicié mis prácticas ahí en el que era profesora de
español y sociales del grado quinto, y conocí a un estudiante muy especial
llamado: Bryan quien no tenía afinidad conmigo para nada y me llamaba mucho la
atención porque era uno de los jóvenes más problemáticos que había; entonces
empecé a interesarme por él y a conocer más a fondo su historia, inclusive un
día se sentó junto a mí en descanso y me empezó a relatar su experiencia de
vida: me empezó a contar que vio morir a su papá; lo colgaron en un árbol y lo
estrangularon; a la mamá la violan y a la hermana también, ellos salen
desplazados y llegan a Soacha a Casuca Alto y encuentra las brigadas de
limpieza y empieza a ver muchas pandillas y se empieza a ver envuelto en ellas
y a vender drogas.
Asumí el reto de apoyar a
este joven y ayudarlo en los tres meses que me quedaba de trabajo, y todos los
días realizaba el proceso de acercamiento con él, demostrándole lo mucho que me
importaba él, su familia y todo lo que había sufrido, la relación de amistad se
fortaleció y él confiaba cada vez más en mí; hasta que con mucho esfuerzo,
logró graduarse de quinto y él le agradeció por haberse interesado en él.
Realmente, este proyecto marco mi vida y fue lo que la motivó a estudiar Ciencias
Sociales y se dio cuenta que puede contribuir desde su profesión a generar
cambios desde el aula.
Sin embargo, el proyecto
no tenían buenos recursos y no contaban con psicólogos o especialistas en el
tema sólo eran 8 docentes y sus estudiantes entre 5 y 16 años desde transición
hasta grado 11 y la gran inquietud era cómo iban hacer para sacar a estos niños
y jóvenes adelante y lograr que más que aprender un currículo o un plan de
estudios pudieran reconstruir lo que la violencia les quitó; su vida misma.
Además de esto, que se interesará
por aprender, mostrarles todas las cualidades y habilidades que tenían que no
lo sabían y que son parte de una sociedad y pueden contribuir en la
construcción de paz a partir de ellos mismos de su proceso de reconciliación y
de sanación en su interior.
En desarrollo a esta
entrevista y teniendo en cuenta que vivimos en un país marcado por la violencia
es importante cambiar esas prácticas instaladas violentas en nuestra sociedad
por prácticas que contribuyan y sumen a la paz que se necesita en nuestra
sociedad. Desde el que hacer pedagógico podemos empezar fomentando dichas prácticas
que promuevan esa cultura de paz y la convivencia solidaria democrática,
desaprender esas prácticas violentas que nuestros niños y jóvenes aprenden
viendo en su contexto; por ejemplo, enseñándoles que todas las personas tenemos
el derecho constitucional de protestar pero de una manera pacífica para que la
voz no se apague en medio de enfrentamientos violentos absurdos. Es importante
contribuir a una cultura de paz desde el aula
Según los enfoques vistos
en la unidad y de acuerdo al desarrollo de la entrevista podemos analizar que
la docente Carolina Osorio, partió del enfoque psicosocial en el que le
permitió comprender y atender las problemáticas y recursos individuales de sus
estudiantes que venían de una historia de conflicto, de pérdida y de
desplazamiento; los cuales serían los obstáculos del territorio en la formación
de los sujetos: para la paz, convivencia y ciudadanía
Específicamente en el
testimonio que dio del estudiante Bryan desarrollo en él habilidades y
capacidades motivándolo para que terminara quinto de primaria y poderse graduar
y continuara con sus estudios, le ayudó en ese proceso de reconocimiento del
contexto violento que dejó y en el que lo acoge y cómo de esas experiencias vividas
les están ofreciendo la posibilidad de un cambio real de educarse, salir
adelante y volver a tener esa esperanza de un mejor futuro esquivo desde un
inicio en su vida. Al igual que Brayan, muchos jóvenes gracias a ese proyecto “promundo”
desarrollado por la comunidad Salesiana de las hijas de María Auxiliadora
tuvieron la posibilidad de estudiar. Ese era el principal objetivo, reconocer y
acoger a estos niños y jóvenes víctimas del conflicto armado en nuestro país.
Implica, por tanto, para
nosotros los docentes, cruzar un límite, traspasar una frontera, cambiar la
trayectoria y modificar la dirección de la mirada, para ver el mundo desde sus
ojos, imaginándonos a nosotros mismos en el lugar de los otros, en el lugar de
ellos, de quienes han sufrido la guerra en carne propia.
Además,
en todo la experiencia que tuvo en diferentes contextos, experiencias de
estudiantes diferentes se puede concluir que la educación debe basarse en una
educación dialógica en la que el docente no sea sólo el que: habla, dice, propone,
sino que es el estudiante bajo sus experiencias, aporte y enriquezca esos
encuentros con el aprendizaje, en sí una educación pensada en la construcción
de pluralidad.
El diálogo con sus estudiantes, una herramienta indispensable hoy en día, ya que podemos analizar en el caso específico de Bryan, la docente Carolina, entabló varios momentos en el que el estudiante solamente quería que alguien se interesara por él y lo escuchara, desarrollando en él nuevas actitudes, nuevas perspectivas que le permitieron culminar sus estudios de básica primaria. Así como él, los demás estudiantes tenían a sus docentes pendiente de ellos ayudándolos en su proceso de adaptación enseñándoles: la convivencia solidaria, la resolución pacífica de conflictos y el respeto por los derechos humanos, fomentando cambios en la forma de relacionarse con las demás personas y colectivos, mediante prácticas de justicia social. En este sentido, el reto está en hacer de las personas unos actores sociales, pero a la vez políticos, protagonistas de su propia historia, que cuenten con recursos personales para la transformación.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario